Capitalismo de Libre Mercado y Capitalismo de Compinches: NO SE CONFUNDA.

“El capitalismo de libre mercado, se convierte en una institución de principios y valores culturales, espirituales y éticos”.
El año 2019 será un año de grandes desafíos para la actividad legislativa. Diversas reformas serán discutidas, a saber, laboral, previsional, tributaria, entre otras, las cuales en su génesis son difícil de explicar y de gran complejidad de tramitación en cuanto a los aspectos involucrados. Junto con ello, se ha generado el debate, desde el regreso a la democracia de cuál de los sistemas económicos es el más eficiente para el desarrollo de la sociedad: capitalismo o el sistema socialista. Sabemos que, el sistema socialista sólo empeora las condiciones a través de la doctrina de abolición de la propiedad privada y de los medios de producción, la llamada “Anarquía de mercado de Marx” a través de mecanismos destinados a garantizar la igualdad de oportunidades y reducir las diferencias sociales por medios de mecanismos redistributivos a través de los impuestos, falsedad histórica que sólo ha generados destrucción de países. Sobre el punto recurro a una frase del célebre economista Milton Friedman que señaló ” Una sociedad que coloque a la igualdad por encima de la libertad terminará sin libertad y sin igualdad“.
El sistema capitalista de libre mercado ha sido el modelo que ha permitido el desarrollo de las sociedades en sus diversas índoles, hoy el acceso a la salud, educación, tecnología, créditos bancarios, vivienda es mucho menos complejo que hace veinte años atrás. Aquello gracias al capitalismo de libre mercado, que le ha entregado un sentido común a las personas de libertad y respeto por el proyecto de vida del otro, concepto que es muy diverso del capitalismo de compinches que muy bien Tom Palmer sabe diferenciar y explicar en su libro “La Moralidad del Capitalismo“. A través del escrito, el autor reflexiona y expone los argumentos de por qué el capitalismo es el sistema idóneo para la creación de riquezas y bien común. Para ello prescribe que se vuelve fundamental que para lograr que este modelo sea llevado a cabo en forma correcta debe ir en armonía con la libertad económica, derecho que en nuestro ordenamiento jurídico ha sido elevado al rango de garantía constitucional, según lo dispone el artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política de la República. Así las cosas podemos comprender que el capitalismo de libre mercado está encaminado a crear valor común y no tan sólo para unos pocos ya que permite al sujeto, dentro de sus posibilidades, escoger cómo, para qué y cómo realizará sus actividades y cómo invertirá los recursos obtenidos.
De esta manera, el capitalismo de libre mercado, se convierte en una institución de principios y valores culturales, espirituales y éticos. En el año 2010, la historiadora estadounidense Joyce Appleby escribió ” The Relentless Revolution: A history of capitalism”, en el cual señaló que el capitalismo ” es un sistema cultural y no meramente económico, no puede explicarse sólo por medio de factores económicos”. En la práctica, es innegable poner en duda el desarrollo que ha tenido nuestro país gracias a la economía de libre mercado, permitiendo el desarrollo y progreso en los distintos ámbitos de la vida cotidiana de las personas, expresión de políticas basadas en la libertad, en la iniciativa de las personas para desarrollar actividades licitas enmarcadas dentro de la normativa legal vigente, reglas del juego claras y un Estado de Derecho con instituciones sólidas en funcionamiento.
Debido a diversos problemas de crisis política, falta de confianza de la ciudadania hacia el modelo, casos de corrupción, ha traído como consecuencia una critica al capitalismo e incluso algunos políticos se refirieron a reformas del mismo con la famosa expresión retroexcavadora. Una oportunidad para autores e intelectuales de izquierda para desacreditar el modelo y buscar una opción para otro sistema, que permita, en su opinión, una distribución de la riqueza a través de un Estado fuerte que controle la vida de todas las personas, permitiendo además el nacimiento de lideres mesiánicos con un discurso centralizado y paternalista, lo cual es una señal de destrucción de la democracia como sistema político de frenos y contrapesos, donde la libertad y el funcionamiento autónomo de las instituciones pierde su razón de ser en plenitud, y deriva en tiranías que gobiernan para perpetuarse en el poder. Pero, es menester que el lector no se confunda ya que esta crisis política y de confianza no se debe al capitalismo de libre mercado sino que al llamado “Capitalismo de Compinches” o ” Crony Capitalism“.
El capitalismo de compinches, se basa en un sistema en el que, si alguien es rico, existe gran probabilidad de que tenga poder político o sea hombre de confianza o “compinche” de quienes gobiernan o ejercen el poder político. De esta manera su riqueza no provendrá de la producción de bienes valiosos que satisfagan una necesidad, sino que de gozar de los privilegios que el Estado puede conferir a algunos. Un ejemplo claro de este tipo económico es lo que pasó durante el segundo periodo presidencial de Michelle Bachelet y el llamado caso Caval, el cual dejó de manifiesto el tráfico de influencia ejercido por su hijo para obtener beneficios económicos al realizar una actividad económica, posicionándose por sobre otros no por la creación de un bien valioso que favoreciera a las personas sino que utilizando su posición de hijo de una autoridad política. El caso Penta también dejó en evidencia esta irregularidad, escándalo que desencadenó un conflicto entre el dinero, política y su estrecha relación. De esta manera, y bajo el sistema de compinches, los miembros del sector privado más cercanos al poder político reciben grandes ganancias, dejando de ser un sistema de libre mercado que no optimiza la prosperidad y reduce el factor competencia como mínimo común de actividad económica y desarrollo.
Esta última modalidad del capitalismo es totalmente contraria a la que importa respeto por la democracia, instituciones transparentes y renuentes a funcionarios corruptos, estado de derecho y una actividad económica que consagre la libertad individual como eje principal del crecimiento y riqueza. Aquello, debe estar presente para este año 2019 en los diversos ámbitos de la vida nacional ya que defender un sistema económico implica ideas claras en base a sus principios y funcionamientos, y los casos de corrupción que han aparecido en Chile dicen estrecha relación con la amistad y el poder político y no ha sido práctica de un sector político u otro, a saber, caso Penta, caso Caval, Corpesca, Universidad Arcis en poder del Partido Comunista, las acciones del Partido Socialista y Soquimich, los escándalos de corrupción en las Fuerzas Armadas y Carabineros, entre otros escándalos. Este fenómeno lo explicó hace doscientos años el padre del liberalismo clásico, Adam Smith quien señaló que los dueños de los grandes negocios, por lo general no apoyan los mercados libres, afirmen lo que afirmen, intentando de esta manera subvertir al gobierno de turno a través de técnicas de capitalismo de compinches.
El Chile de hoy debe trabajar sobre ciertos elementos mínimos, libertad, justicia, oportunidades, incentivos, mérito dentro de un sistema de libre mercado que naturalmente permita a los individuos interactuar en él con reglas claras, instituciones que funcionen adecuadamente, un Estado Moderno que se ajuste a las demandan actuales introduciendo mecanismos y tecnologías destinadas a resolver en menor tiempo las necesidades de los usuarios y por sobre todo autoridades que trabajen para todos y no para ciertos sectores, de esta manera el concepto de compinches será una amarga historia en nuestro país y se retomará el concepto de libre mercado como correcto sistema económico de libertades y oportunidades. Avanzar es tarea de todos, Gobierno, Congreso Nacional, sociedad civil y grupos intermedios a través de técnicas transparentes que reconozcan el mérito, fomenten incentivos y que por sobre todo reconozcan la libertad como el eje central del desarrollo democrático y económico.
Por ser un país pequeño y dominado por dinastías económicas,se ve difícil que tengamos unA economía realmente de libre mercado ,lo que hay no es malo pero aspiramos a algo superior.
Excelente articulo Alejandro. Ahora yo me pregunto lo siguiente; en el caso de los nuevos medidores inteligentes que se instalaran en Chile para medir las cuentas de luz, se ha dicho que esta empresa es de propiedad del primo del presidente de la república, ¿no sera que en este caso estamos ante lo que tu as definido como capitalismo de compinches?
Hola, desde mi visión sería relevante revisar el informe de la CNE sobre la materia y además ver el estudio que realizó la Facultad de Ingeniería de la Usach. Si existen motivos para introducir dicho mecanismo y en atención a que las tecnologías vienen para quedarse y reemplazar la línea de producción de más empresas e dotaríamos frentes al capitalismo de libre mercado. Si es todo lo contrario , y efectivamente es afirmativo lo que usted me señala estaríamos frente al capitalismo de compinches y que claramente merece ser juzgado y eventualmente existiría un tráfico de influencia!
Saludos
Estaríamos frente*****