Energúmeno

El diccionario Everest de la lengua española define el término “energúmeno” de este modo: 1.– Persona poseída por el demonio 2.– Endemoniado, endiablado, poseso 3.– Persona alborotada y furiosa 4.– Exaltado, frenético, enloquecido.

Hasta ahí el diccionario. En habla popular también se usa el vocablo para describir a alguien que simplemente abruma por presencia debido al mero tamaño de su cuerpo, por su estilo quizás algo atropellador y/o por su proclividad a romper las reglas. “¡Es un energúmeno!” se dice en esos casos.

¿A cuál de esas definiciones y/o miradas corresponde Donald Trump? Tal vez a todas. Es lo que se piensa y siente en amplios círculos en Estados Unidos y de hecho en todo el mundo. Se le ve como una fuerza dañina, perjudicial, un hombre que demuele todo lo que toca y que puede llevar al mundo al apocalipsis. Tal vez, pero considérese que al apocalipsis pudo y puede llevar CUALQUIER presidente de los Estados Unidos. El mundo estuvo al borde de una guerra nuclear con el admirado y glamoroso John. F. Kennedy durante la llamada “crisis de los misiles”, en 1962. El mundo lo ha estado con George Bush. Estados Unidos ha ido a la guerra con Roosevelt y con otros. Nadie, en esa nación, tiene el monopolio del apocalipsis.

En cuanto a medidas dañinas, hay también mucho paño por cortar. ¿Cuántos golpes de Estado y masacres orquestadas, conducidas y diseñadas por agencias norteamericanas no se han celebrado bajo los más diversos mandatos? ¿Fue Trump quien organizó el fraude y fracaso de Bahía Cochinos? ¿O ideó el presunto ataque al un destructor yanqui en aguas cercanas a Vietnam del Norte? ¿O las masacres en centro américa? ¿O la virtual creación de los talibanes? ¿O el apoyo a los contras de Nicaragua?

Retórica

Si se observa el fenómeno Trump con siquiera un poco de objetividad, un mínimo de frialdad y racionalidad, lo primero que salta a la vista es que se trata de un tipo con un temperamento colérico con la clase de retórica agresiva y apasionada propia de personas de dicho talante, retórica que muchas veces basta por sí misma para suscitar en el prójimo un casi invencible disgusto, pero aun así es preciso hacer la importante distinción entre lo que se dice y lo que se hace, entre carácter y conducta y a estas últimas, todavía más importantes, examinarlas de acuerdo a su mérito o demérito, no según quien la propuso e implementó. Esa distinción pocos se molestan en hacerla. Menos que nadie se molesta un segmento de la sociedad norteamericana que no le perdona a Trump el simplemente haber ganado, el que sea Presidente, el que exista. Es el segmento conformado por políticos -incluyendo no pocos republicanos–, periodistas de Washington, gurúes, asesores, lobistas, etc que se acostumbraron a DÉCADAS de cierta política, de ciertos modos de hacer las cosas imbuidos por principios y conceptos que el tiempo demostró a menudo ilusorios, a veces absurdos y hasta perjudiciales, pero que en el intertanto les otorgaron tranquilidad, la sensación de estar en lo correcto, de estar en “onda”, etc. Ilustrativo de eso fue el discurso que ofreció Clinton luego de firmar un acuerdo comercial con China que le ha significado a Estados Unidos una emigración masiva de industrias, la llegada de artículos a precios imbatibles, la ruina de muchas empresas, el robo masivo de secretos industriales, etc. Clinton dijo que esperaba que ambas naciones prosperarían y hasta, agregó, se fomentaría el que China “fuese cada vez más democrática….

En ese capullo de ilusiones, falsedades, discursos políticamente correctos, tratados fantasiosos, favores mutuos, complicidades forjadas a lo largo de años entre actores políticos y periodistas, etc, vivía Washington. Un presidente seguía a otro y era, con pocas diferencias, la misma cosa. En el ínterin Estados Unidos se deslizaba suavemente por el tobogán de la decadencia de su poder, prestigio y relevancia. A todo eso es a lo que Obama llamó “paciencia estratégica”.

Quizás el intento de Trump de revertir dicha caída y poner el reloj a andar en reversa sea fantasioso, un sueño imposible, pero, ¿quién sabe si al menos algunos de los procesos que han ido hundiendo a Estados Unidos en la “paciencia estratégica” no sea posibles sino revertirlos, al menos demorarlos? Tal vez sea necesario acercarse a Rusia por poco placentero que resulte para evitar calamidades indescriptibles; tal vez era necesario acercarse a Nor Corea por la misma razón, aunque a primera vista parezca que el encuentro fue un fiasco; tal vez en verdad Estados Unidos necesitaba reformular el Nafta y muy probablemente Estados Unidos necesita regular la inmigración, como lo hace TODA nación que tiene un mínimo de respeto por sentido común.

Pero, ¿cómo se hacen todas esas cosas contra reglas y costumbres establecidas por años de años sin derribar la estantería? ¿Cómo se interfiere en una política a la cual se han acomodado tantos sin lastimar sus egos, derribar su posiciones y ganarse entonces su odio? En fin, ¿cómo se hace sin ser un “energúmeno”? Al parecer los energúmenos son históricamente necesarios de vez en cuando. No es siendo “nice” y acomodaticio con el establishment como se implementan nuevas políticas. Se necesita un bárbaro. Se necesita un energúmeno. Se necesita un Trump.

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Respuestas

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  1. Hay muchos paises que necesitan un “Trump” por supuesto que Chile es uno de ellos… Que haga una limpieza completa y profunda en todo orden de cosas.
    Lamentablemente, los paises de Latin American necesitan “Energumenos” para poder desarrollarse en forma exitosa.
    Nada mas, el ejemplo de USA.

  2. “…es preciso hacer la importante distinción entre lo que se dice y lo que se hace, entre carácter y conducta y a estas últimas, todavía más importantes, examinarlas de acuerdo a su mérito o demérito, no según quien la propuso e implementó…” Si tan sólo ESO fuera posible en nuestros tiempos, habría salvación, significaría que todavía hay quien es capaz de abrir los ojos, mirar y ver. Quiera el infinito que así sea…

  3. Totalmente, y es increíble ver como los medios en general en USA están empecinados en atacarlo, con una retorica muy parecida a la que hay en Chile entre izquierda y derecha. Cuesta mucho, encontrar una cadena de noticias hoy en día que sea “centrada” u “objetiva”; o le dan como bombo en fiesta a Trump o lo veneran como a un Dios.

  4. Creo que la imagen negativa que mucha gente tiene de Trump, es gracias a la prensa dominada por la oposición a su persona. Este hombre ha logrado varias cosas a pesar de ser “energúmeno”.
    1. Este “energúmeno” logró ahorrar a EEUU más de $ 1.500 millones al año al negarse a seguir financiando a los estafadores que pregonan el calentamiento global y recaudan dinero para sus propios bolsillos.
    2. Este “energúmeno” salvó a su país del pacto de inmigración global y de refugiados, propiciado por la ONU, el cual claramente vulnera las fronteras (lo de “no vinculante” es mentira a la luz de su contenido).
    3. Este “energúmeno” logró conciliar las relaciones con Corea del Norte. Y si bien es cierto, no se ha avanzado mucho, ningún presidente anterior logró lo que Trump en este campo de negociaciones.
    Yo considero que el Sr. Fernando Villegas es muy inteligente, su amplia visión da un valor agregado a todo lo que comunica, a diario aprendo de él y de todo lo que sabe. Pero yo dejaría de ser objetivo y traicionaría mi propia inteligencia si me dejo arrastrar cuando en algunos casos él se equivoca. Desde que lo conozco y escucho (unos 10 años) he estado en desacuerdo con lo que dice unas 4 o 5 veces…lo que es muy poco para todo lo que este notable señor abarca con su envidiable intelecto.
    Felicito al Sr. Villegas, pero en este artículo no estoy con él, y ojalá tuvíesemos más Trumps por el mundo, así otros países se sacudirían el comunismo que pervierte a las sociedades y empobrece países (esto bien lo sabe don Fernando porque él mismo lo ha expuesto muy atinadamente).

    1. 1. Menosprecia el impacto significativo que las actividades humanas están teniendo sobre el planeta. El calentamiento global no es estafa: la humanidad sí está consumiendo recursos a ritmo insostenible. No es que lo diga yo; es el mensaje desesperado de miles de hombres y mujeres de Ciencia que entienden mucho mejor que Ud. los muy distintos procesos que alteran la armonía evolutiva regular de los ecosistemas que sustentan a la vida terrestre. Esos son principalmente círculos académicos y no sólo políticos: hay maestros y doctores de variadas especialidades, así como estudiantes y sus familias… profesionales normales como Ud. y como yo, que han investigado durante décadas procesos actuales y del pasado remoto para que personas como Ud. tengan la posibilidad de informarse adecuadamente. Lo que Trump está haciendo al negar el cambio climático es deslegitimar ese esfuerzo conjunto y GENERACIONAL de constante observación y estudio. Los paleoclimatólogos son quienes mejor entienden lo que está pasando, y es evidente que Trump no es uno de ellos; él sólo se interesa en proteger una mísera parte de la economía estadounidense a costa del equilibrio natural del único planeta en el que habitamos. Nadie me paga por responderle.
      2. Como dijo el Sr. Villegas: da igual si el pacto se firma o no… es irrelevante dado el crecimiento demográfico actual, aunque en mi opinión sería mejor adherirse por un asunto de imagen país que es preciso mantener, si bien puede obviarse con una política de inmigración suficientemente justa y soberana.
      3. Trump no ha logrado nada con Kim Jong-un: sólo jugaron al gato y al ratón que se dan la mano —como en Tom & Jerry— y de nuevo volvió cada uno a su gatera y ratonera, respectívamente. A fin de cuenta sólo fue un cuento mediático que benefició a ambas partes, pero las relaciones verdaderas continúan tan distantes como cuando el uno al otro se trataban con adjetivos calificativos.

  5. Que difícil es encontrar en la prensa un articulo objetivo sobre Trump, todos buscan denostar su figura manifestando una especie de profundo odio hacia el, como si les hubiese hecho algún daño personal. Gracias don Fernando por la lucides que posee para escribir de forma objetiva.