Todo Vale

“Todo vale”. Esa es la actual consigna del gobierno, de las coaliciones de ultra izquierda que lo crearon y apoyan, del PC, del Frente Amplio, de las primeras líneas, de los tontos útiles de la televisión, de las histéricas de los matinales, de todos quienes abrazaron el Credo progresista y ven con pánico crecer el rechazo no sólo de la propuesta constitucional sino de todo lo que esa horda ha impulsado, promovido y apoyado en los últimos años; ven con terror que el péndulo comienza a dirigirse hacia el otro extremo y sienten entonces que su período de vigencia y prosperidad política y financiera llega a su fin; sospechan que en un futuro no muy lejano se acabarán bruscamente sus pitutos y serán arrojados al fondo del pozo del que emergieron; sospechan que sus camaradas, hermanos, padres, pololas, amantes, etc. que por ahora siguen entrando en masa al Estado, no a servir al país sino a forrarse los bolsillos, se quedarán en la calle y obligados a vender sus inexistentes talentos en el mercado laboral en el que nunca han sido exitosos porque nunca se han esforzado por serlo o siquiera por ingresar en él. En verdad os digo hermanos que dichas patotas de mediocridades, invasión que por su volumen y su baja calidad recuerda las invasiones bárbaras del Imperio romano, encaran la cesantía sino algo peor.
Pero, como ven venir todo eso, por lo mismo “todo vale”. Todo vale aun si el país se desfonda con los métodos utilizados para que valga. Los ejemplos son innumerables. ¿Cómo se abortó el paro de pacotilla de Codelco? Se hizo sobornando a los dirigentes sindicales con la promesa de lo que podrán hacer para su beneficio si este gobierno sobrevive y el Apruebo gana y ellos obtienen, entonces, la potestad de iniciar huelgas cuando y como quieran y literalmente chantajear el país. ¿Y cómo intervenir el proceso electoral para que, pese a los 20 puntos de diferencia que como mínimo favorecen el Rechazo, gane el Apruebo? Para eso se toma contacto con especialistas en informática y hackeo de un país de Oriente para que hagan la pega, así se derrumbe la democracia y comience la presencia permanente de
bandas terroristas. ¿Cómo convencer a doña Juanita que una vez más vote por ellos? Se le prometen nuevos bonos y “ayudas” así se desplome la economía. ¿Cómo mantener fieles a los “comunicadores” de radio y televisión que a estas alturas pudieran tener dudas? Se les ofrecen cargos de vocerías, jefaturas comunicacionales en el aparato del Estado, se insinúan agregadurías de prensa en Europa, se les nombra en cargos públicos, se les premia o dice que se les premiará.
Todo vale. ¿No es el plebiscito de salida, según dice el presidente en las sombras de Chile, Guillermo Teillier, “la madre de todas las batallas”? No han acaso los periodistas, esos que perdieron todo escrúpulo, descendido tanto por el negro túnel de la obsecuencia y el servilismo que no les queda otra sino seguir adelante en su pacto con el demonio porque ya no hay vuelta atrás? ¿No hay incontables y presuntos personeros de la derecha llegando a tales extremos de cobardía que, incapaces de decir “rechazo”, inventan fórmulas semánticas absurdas y en el fondo de rendición con eso del “apruebo para reformar” o “apruebo para cambiar” o hasta cualquier día de estos “apruebo para rechazar”?
Todo vale. Vale prometerle a dichos dirigentes “de oposición” una suerte de póliza de seguro para sus vidas y sus negocios con tal que ahora les laman los calcetines. Vale el descabezar tajada tras tajada las FFAA para que el día de mañana, convertidos en guardia pretoriana del PC, sean incapaces de decir nada cuando se regale territorios otras naciones. Vale robarse los fondos de pensiones, destruir el
poder judicial, fragmentar Chile, acabar con el derecho de propiedad con hipócritas acotaciones en la letra chica. Vale dejar impunes los crímenes de la CAM porque “el gobierno no persigue opiniones”.
Todo vale.
Lo más triste es que la horda proglodita (*) insiste en achacarle el rechazo a la derecha y no quiere aceptar que el rechazo es de la gente con sentido común y amor por el país. Se aferran desesperados al paradigma obsoleto de derecha vs. izquierda cuando ahora es gente que quiere ser libre para vivir su vida como mejor le parezca vs gente que quiere un estado dictatorial que les dicte y regule hasta lo más íntimo de sus vidas. Cualquier persona “con dos dedos de frente” y que no tenga conflicto de intereses por depender de la teta estatal, no puede hacer otra cosa que votar rechazo. Esperemos que el Servel no intervenga una vez más para evitar que se exprese la voluntad de quienes iremos a votar.
(*) terminó que me he permitido acuñar en base a progesista + troglodita, ya que considero que los progresistas nos quieren llevar a la Edad de Piedra con sus políticas absurdas.
Felicito al señor Villegas, toda la razón en la totalidad de su comentario, por suerte quedan personas inteligentes que piensan de una manera razonable respecto a lo que está pasando en este país, aunque sean duros (los comentarios) FELICITACIONES
Totalmente, pero un detalle. No ha pensado que de ser rechazada la “nueva” Constitución esto no quedara ahí? y, por ejemplo, se abrirá una oleada de Convenciones, todas bien pagadas, con buenas asignaciones, caja chica sin tope y viáticos a libre disposición hasta dar con una Constitución “que nos una”, cosa que probablemente nunca suceda, ni busquen que suceda, para cuidar el “emprendimiento” $$$. Slds!
Este “todo vale” es un acto desesperado por mantener en pie la choza rasca que empezó a construirse desde el día uno del primer gobierno de M. Bachelet. Ese fue el día en que nuestro país se detuvo y no nos dimos cuenta (O no quisimos darnos cuenta de puro flojos que somos). Como resultado de la alternancia entre gobiernos comunistas vestidos de demócratas y “empresarios” corruptos y cobardes vestidos de liberales, hoy en Chile no tenemos una democracia, sino que una dictadura de la mediocridad vestida de pelotudeces “políticamente correctas”. La flojera, la mentira sin costo, la corrupción rampante y el “cara de rajismo”, hoy se reflejan en forma pavorosa en el texto de la propuesta constitucional así como en los parlanchines de baja monta que pululan por las distintas dependencias del Estado. Citando a Descartes, Cogito, ergo sum. Debido a que nos hemos convertido en una manga de descerebrados o que al menos no usamos las pocas neuronas que nos quedan, colijo que no pensamos, ergo ¿merecemos existir? El 4 de Septiembre lo veremos. TODO VALE MIERDA